Jorge tiene 68 años y está solo. Es jubilado pero sigue trabajando como masajista, aunque la pandemia le dejó muy pocos clientes.
Parte de la tarea que realiza el área de Asistencia Integral de la Fundación Tzedaká es, además de la atención de urgencias de alimentación, vivienda y salud, detectar potencialidades y ayudar a desplegarlas.
Así es que hace tres años Jorge comenzó la Carrera de Abogacía en la Universidad Pública.
Lo recibimos con una sorpresa: la Fundación le consiguió una computadora que tanto necesitaba para acceder a los materiales de estudio y presentación de sus trabajos.
¡Gracias Jorge por tu ejemplo! ¡Seguimos transformando vidas!