Este es un caso real, pero que la Fundación brinda con un nombre e imagen distintos con el fin de preservar la identidad de sus beneficiarios.
Tomi
Tomi tiene 7 años y está en 2do grado. Vive con su mamá y su hermanito de 10 años, en un departamento que alquilan. Tomi es inquieto y le cuesta concentrarse para estudiar, sin embargo se esfuerza y con el apoyo de su mamá le va bien en la escuela. Le gusta jugar al fútbol con sus amigos y no ve la hora de poder volver a hacerlo.
Los padres de Tomi están separados y el papá no cumple con la cuota alimentaria. Su mamá es sostén familiar y trabaja en un call center con un ingreso que no alcanza a cubrir sus necesidades. Además es hipertensa y necesita diariamente medicamentos que no puede comprar. En la casa cuentan con una computadora, pero que usa la madre para trabajar, por lo cual Tomi y su hermano la utilizan fuera de horarios escolares.
La mamá va todas las semanas a la escuela a retirar los cuadernillos escolares para los chicos, para que se mantengan al día con sus tareas. Es una familia que realiza muchísimos esfuerzos por salir adelante, pero solo logran hacerlo con el apoyo de la Fundación, que les brinda alimentación, subsidio para la vivienda, los medicamentos para la mamá de Tomi y toda la contención de los programas educativos.